dimanche 1 mars 2015

Personnages de Tanger. Jorge Verstrynge

On montre l'interview à Jorge Verstrynge, professeur et politicien, parlant de son origine et son enfance à Tanger et des histoires et politiques française et espagnole. Comme le personnage polémique qui est, il parle de toutes les choses, de tous e de son parcours personnel et politique. 

Naciste en Tánger, en 1948, y es un aspecto que suele quedar desdibujado en tus entrevistas, cuando es un lugar y una época fascinante (Burroughs, Casablanca, etc.) ¿Cómo fue crecer en un país colonial? 
Era una película, casi Lo que el viento se llevó. Mira, Casablanca originariamente no se llamaba así, sino que se llamaba Tánger… pero no podían utilizarla en el título porque la habían bombardeado, y realmente Casablanca era zona francesa clara. Tánger era zona internacional por aquel entonces y los marroquíes, los de Rabat, la llamaban “la prostituta” ya que se había acostado con todos: portugueses, ingleses, españoles, alemanes… El ambiente de Casablanca era el ambiente de Tánger. Todavía, hace unos años, yendo por la calle se me acerca un chiquito y me dice: “¿Marihuana? No, gracias. ¿Hachís? No, no. ¿Coca? No, no. ¿Un chico? No, no, no tampoco. ¿Una chica entonces?”. Y ya le dije, “Anda, toma un dírham y déjame en paz”. (Risas). Eso, claro, no ocurre en la Casablanca histórica que yo conocí, que era virtualmente una ciudad francesa. Tánger, en cambio, era una ciudad mestiza.

Tánger tenía status internacional desde 1912, bajo el pacto entre España y Francia. Tiene fama, en los textos de inicios de siglo, de ser un nido de espías. 
Total. Cuando era pequeñín, veías de pronto una lancha, cerca del puerto; se acercaba a la playa y empezaban a tirar sacas. Eran relojes, armas, etc. Tánger era la típica ciudad donde podías hacer una fortuna en tres meses… y perderla en otros tres. De hecho, mi padre se arruinó.

Precisamente queremos preguntarte por tu padre biológico, Willy Verstrynge-Thalloen, cuya biografía es propia de una novela de Joseph Conrad.
¡No sé si tanto como Conrad! (Risas) Él se metió en política en Bélgica, pero no debió de irle muy bien ya que se fue luego al Congo. Allí fue pianista en Leopoldville, la actual Kinshasa, y después se vino a Marruecos, concretamente a Larache. Luego a Tánger, que era el único sitio donde podía prosperar. Me acuerdo de que una vez consiguió un contrato con el ejército francés, del protectorado, para hacerles jabón y contrató a su vez a un ingeniero polaco que decía saber hacer el jabón. Este jabón, una vez fabricado, llevaba la sosa cáustica a la superficie. ¡Los tíos se quemaban! Los franceses no tenían muy buena opinión de él, claro (risas), aunque fue involuntario por su parte. Con el negocio del crin se arruinó por primera vez.

¿Cómo era la convivencia multiétnica en ese Marruecos colonial?
Era buena. Hombre, en toda colonia (aunque se llamara protectorado) están los que trabajan para los demás. Eran evidentemente la masa de población árabe.

Orwell tiene una cita muy conocida sobre esto “…en una colonia cualquier funcionario colonial acaba haciendo algo sucio”.
Los franceses, en su trato cocon los marroquíes, eran duros. El trato de los españoles con los marroquíes no era tan duro, motivo por el cual había unos cuantos, no muchos, matrimonios entre españolas y marroquíes. Para ellas, casarse con un marroquí rico significaba un ascenso en la escala social. Ese tipo de unión en el Marruecos francés era prácticamente infinitesimal. Pero las dos relaciones se basaban en el desprecio al moro, lo cual era injusto. El término moro en mi infancia no era peyorativo, por eso lo utilizo mucho. El marroquí, al igual que más gente, lo que quiere es que le trates con dignidad. Si lo haces así, no tienes ningún problema. Si le tratas como un perro, acaba mordiendo. Y con toda la razón.

¿Cómo se vivía allí? Se vivía de cine. Había tres capas… mejor cuatro. Los marroquíes de abajo que eran los que trabajaban en español, con salarios muy bajos, bajísimos. Luego estaba una capa de marroquíes ricos, que explotaban a los anteriores, a los de abajo, hasta el tuétano. Los europeos eran más considerados, pero los marroquíes ricos eran peores. El problema de Marruecos es que tiene una clase dominante desastrosa: es un pueblo maravilloso pero tiene ese problema. Por encima estaban los judíos, y por encima estaban los europeos. A la cabeza de estos últimos estaban los franceses. Pero la convivencia era buena: es más, incluso la convivencia de musulmanes y judíos era buena. Compartían la misma cultura alimentaria, compartían muchos gustos musicales y no había antisemitismo. En el Islam originariamente no lo había, no lo hay, pero comenzó a raíz dela constitución del Estado de Israel.

Todos esos judíos serían en gran parte del exilio sefardí.
Sí, sí, muchos. Especialmente en Tetuán, pero también en Tánger había una comunidad importante. Todos esos Ben-Hassan, Abitbol, Ben-Amun… todos mis amigos judíos venían de Tánger. Se llevaban todos muy mal con mi padre, porque mi padre era antisemita y los judíos lo sabían.

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